La confianza es fundamental para las relaciones personales y profesionales: para relaciones comerciales, para el liderazgo, para la colaboración, etc.
La confianza debe de ser mutua, una relación es co-creada, ambas partes producen y reproducen la relación.
La confianza debe ser bidireccional, nos interesa ganar la confianza de los demás y poder confiar en los demás.
Somos seres complejos y las relaciones son complejas, así que la confianza es un fenómeno complejo, pero, si lo analizamos, podemos encontrar algunos elementos que nos servirán para generar, mantener o reparar la confianza en nuestras relaciones.
Es necesario generar confianza en una nueva relación. En una relación existente, la confianza se debe mantener y se puede reparar, cuando se ha erosionado o se ha roto.
La confianza se define (RAE) como la “esperanza firme que se tiene en alguien o algo”, y esa esperanza, a su vez, se define como “el estado de ánimo que surge cuando se presenta como alcanzable lo que se desea”.
Dicho de otro modo, la confianza, en las relaciones, es el estado de ánimo que surge cuando creemos, juzgamos, que obtendremos lo que esperamos de otra persona.
La confianza, como estado de ánimo, nace de un juicio, un juicio sobre lo que cabe esperar de la otra parte. Como la mayor parte de los juicios, seguramente es el resultado de un algoritmo muy complejo, pero podemos contar con la presencia de estos 3 elementos de la confianza:
#1 Sinceridad: Digo lo que pienso.
Cuando digo lo que pienso, y no otra cosa, soy sincero. Si así lo perciben los demás, estoy ganando sus confianza.
Y viceversa, cuando interpreto, juzgo, que otra persona realmente piensa lo que me está diciendo, se está ganando mi confianza.
En relación a la sinceridad, conviene cierta prudencia para prevenir el “sincericido”. La sinceridad consiste en decir lo que pienso, pero no necesariamente todo lo que pienso. Afortunadamente podemos filtrar y reservarnos parte de nuestros pensamientos, de otro modo las relaciones no se sostendrían.
#2 Fiabilidad: Hago lo que digo.
La fiabilidad es la coherencia entre lo que digo y lo que hago, es el cumplimiento de mis compromisos.
Mi fiabilidad, como la de los demás, se basa en el histórico del comportamiento, utilizamos el pasado para predecir el futuro.
Si no hay histórico no hay fiabilidad, no puedo valorar la fiabilidad de una persona de la que desconozco su pasado.
Si hay histórico habrá un juicio de fiabilidad, si normalmente hago lo que digo, si cumplo mis compromisos, si mi comportamiento es coherente con mi discurso, seré fiable y generaré confianza, de lo contrario generaré desconfianza.
Y del mismo modo juzgaré la fiabilidad de los demás y otorgaré mi confianza.
#3 Competencia: Puedo hacerlo.
La competencia es el complemento necesario de la fiabilidad y hace referencia a la capacidad para hacer lo que se dice, para dar cumplimiento a la palabra.
Cuando pensamos que una persona es sincera (dice lo que piensa) y es fiable (normalmente hace lo que dice), pero pensamos que no será capaz de hacer lo que dice, no puede hacerlo, entonces no hay confianza.
Para confiar en alguien:
- Pide su sinceridad y permite su sinceridad. A veces, simplemente, no nos dicen lo que no queremos oír.
- Pide compromiso y adapta tu expectativa a su fiabilidad.
- Asegúrate de que puede hacerlo, quizá puedas prestar ayuda.
La confianza de los demás es esencial para el éxito en tus relaciones y en tu vida, la obtendrás si dices lo que piensas, haces lo que dices y te aseguras de poder hacerlo.
Tendrás la confianza de los demás siendo una persona sincera, fiable y competente.