Tan importante como el “qué” es el “para qué”.
Conviene entender que los objetivos, que responden a la pregunta sobre “qué quiero”, son medios y no fines.
¿Qué significa? Eso que “quiero” es un medio para alcanzar un fin más elevado.
El “para qué” me conecta con la utilidad del objetivo, con el fin al que conduce.
Veamos un ejemplo:
¿Qué quieres?
Un ascenso.
¿Para qué quieres un ascenso?
Para ganar más dinero.
¿Para qué quieres ganar más dinero?
Para la seguridad económica de mi familia.
¿Para qué quieres la seguridad económica de tu familia?
Para su bienestar, satisfacción, felicidad; que es la mía también.
Ya que hablamos de la importancia del “para qué”, ¿para qué sirve este proceso?
Este proceso sirve para conectar con nuestra fuente de motivación, una motivación cada vez más elevada hasta llegar a la más elevada: nuestro anhelo de felicidad, satisfacción, bienestar.
Todo lo que queremos, todo lo que hacemos, lo hacemos, en última instancia, para satisfacer ese anhelo.
Conecta tu objetivo con su utilidad, con su “para qué” último, y estarás conectando con la fuente de tu motivación.
Esto es muy útil para superar adversidades, porque cuando surjan dificultades habrá cosas que no harías por un ascenso, por ganar más dinero, pero sí las harías por la seguridad económica de tu familia, por vuestro bienestar.
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